DIVERSIDAD DE LOS AUTORES
Lo primero que hay
que advertir, es que reunir en una sola exposición a autores tan extremadamente
complejos como Habermas, Fromm o Marcuse, es sencillamente
imposible. La Escuela de Frankfurt nunca fue una escuela en sentido cerrado,
en la que todos hubieran de tomar las mismas líneas de investigación o los
mismos presupuestos teóricos. Lo que unía a los autores de la escuela, era la
intención de desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo,
inspirado en el pensamiento marxista. A partir de aquí, la libertad primó sobre
la necesidad de sistematizar, y los miembros de la escuela desarrollaron
pensamientos heterogéneos. Así, a la hora de destacar los temas centrales de la
escuela, cabría la posibilidad de describir trabajos distintos. Puesto que no
es ese el objetivo de esta disertación, nos centraremos en el proyecto de
teoría crítica.
TEORÍA CRÍTICA
Sociología, economía, psicoanálisis: TEORÍA CRÍTICA
·
LA SOCIOLOGÍA
Así, en primer lugar,
la sociología sigue
siendo un instrumento indispensable. Esta ciencia, desarrollada desde
presupuestos marxistas, deberá buscar líneas de investigación que muestre
precisamente “lo otro” de la sociedad. Desde los presupuestos dialécticos
asumidos con la escuela, totalizar un objeto de estudio tan complejo como la
sociedad es falsearla. Por eso los proyectos concretos se centrarán en las
formas de opresión o marginación presentes en la sociedad. La sociología, por
tanto, debe mantener la crítica de la sociedad. No es su función simplemente
describir el todo social, sino precisamente impulsar su transformación al sacar
a la luz lo que los instrumentos ideológicos pretenden esconder. Lo negativo de
la sociedad deberá apuntar aquello que debe cambiar.
·
EL PSICOANÁLISIS
Podemos considerarlo
como complemento a esta perspectiva crítica de la sociedad, se hacía también
necesario lograr una comprensión adecuada del individuo. Para ello, se tomó a
Freud como referente y se encargó a Erich Fromm la tarea de armonizar las ideas esenciales
del psicoanálisis con los presupuestos marxistas. Si una de las críticas más
importantes del marxismo denunciaba la alienación que sufría el proletario
dentro de las sociedades capitalistas, el psicoanálisis también apuntaba la
función represiva de la sociedad sobe los impulsos del individuo. El
psicoanálisis y el marxismo se complementaban a nivel teórico en su dimensión
crítica, tal y como supieron ver los frankfurtianos. Con todo, ambos
pensamientos eran también divergentes, y estas diferencias fueron las que, con
el tiempo, provocaron la salida de Fromm del Instituto para la Investigación
Social. La interpretación de Fromm, influida quizás por prejuicios de tipo
religioso o moral, restaba importancia a conceptos y presentaba una visión del
psicoanálisis que a los ojos del resto de frankfurtianos no era fiel a los
textos de Freud.
·
LA ECONOMÍA
Con la psicología y
la sociología, se había logrado una visión adecuada del individuo y la
sociedad. Sin embargo, era necesario encontrar una forma de enlazar ambas
perspectivas, encontrando algún objeto de estudio en el que individuo y
sociedad interactuaran. En la economía individuo y sociedad establecen
relaciones entre sí, de modo que es un lugar idóneo para estudiar las
relaciones entre ambos. El individuo influye en la sociedad a través de la
economía, y a la vez la sociedad afecta a la vida de los individuos también por
medio de la economía, por lo que su estudio completa este proyecto
interdisciplinar que animó a los frankfurtianos desde el principio.
PENSAMIENTO CRÍTICO Y REFLEXIVO
Junto a la interdisciplinariedad
que acabo de comentar, hay que destacar también dos características
fundamentales: la reflexividad del
pensamiento y su dimensión crítica.
El pensamiento debe nacer, a partir de las contradicciones de la realidad,
desde todo aquello que nos hace pensar una sociedad distinta. El materialismo
del que hablan los frankfurtianos no es, ni mucho menos, una teoría física sino
sociológica. La sociedad misma señala los temas y las líneas de investigación
en aquello que reprime, en aquello que silencia, y una sociología a la altura
de su tiempo debe atender precisamente a estos mecanismos de dominación de la
sociedad, para rescatar la verdad de lo que oculta. Por eso, el pensamiento
debe ser crítico y reflexivo. Crítico no como negación directa de la realidad,
sino como renuncia a una aceptación de la realidad (social) tal y como se nos
presenta. Sólo en la medida en que es crítico puede el pensamiento también ser
reflexivo. Sólo naciendo de la injusticia misma puede llegar a transformarla, superando así la división teórico-práctica.
Un pensamiento materialista y práctico no es una pura especulación teórica,
sino una actividad de tipo práctico que contribuye también al progreso de la
sociedad.
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